sábado, 1 de diciembre de 2007

La realidad informática en España

Se imaginan la construcción de un puente sin el trabajo previo de diseño por parte de un ingeniero, o la realización de un edificio sin el proyecto concienzudo de un arquitecto? Eso es incuestionable, dirán ustedes. ¿Y respecto al software que realiza las transacciones bancarias todos los días, el de las gestiones de la Administración y el tratamiento de información confidencial, o el que controla el transporte ferroviario? Pues estará todo supervisado por un ingeniero en informática, faltaría más, responderán.Pues bien, déjenme que les sorprenda y les diga que ningún proyecto que se lleve a cabo en el Estado español relacionado con la informática se requiere los servicios de un ingeniero en informática. ¿Y tampoco para aquellos que sean críticos para la sociedad?, se preguntarán. Pues tampoco.
Quizás ahora ustedes ya entiendan el porqué a diario nos topamos con la ya popular frase de que «se ha producido un error informático». Es la nueva excusa universal para eludir responsabilidades, contra la que no podemos hacer nada y que estamos aceptando con resignación como un mal inherente a la Informática. Nada más lejos de la realidad.Esta falta de regulación en España del título oficial denominado Ingeniería en Informática ha llevado a una degradación absoluta del sector. Y es que el grado de intrusismo laboral es completo, llegado a asignarles las mismas competencias a ingenieros, ingenieros técnicos, técnicos superiores, e incluso autodidactas de cualquier otra titulación o sin ella, considerándolos a todos por igual como «informáticos».
Cada profesional debería ocupar un rol bien definido, ya que, por poner unos ejemplos, no es lo mismo ser mecánico que ingeniero industrial, o albañil que arquitecto (con respeto a todas las profesiones). Como se pueden fácilmente entender, un proyecto en el que no colaboran las personas con las capacidades adecuadas tiene serias dificultades de cumplir ciertas garantías y de llegar a concluirse en tiempos razonables, o incluso llegar a finalizarse simplemente.
Agravio comparativo.
El colectivo de ingenieros en informática, junto con todos los colegios y asociaciones de ingenieros en informática, ha solicitado en innumerables ocasiones la regularización al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, organismo culpable del descontrol tecnológico actual. No es comprensible cómo en la era de la informática en la que vivimos se siga produciendo este claro agravio comparativo respecto al resto de ingenierías, en una situación cuyo último perjudicado llega a ser el ciudadano.
Parece ser que nuestros representantes políticos no conocen la Constitución española, que ya establecía en su artículo 18.4 que: «La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos».Todo esto va a cobrar aún una mayor trascendencia a raíz de la inminente aprobación del real decreto por el que se establece la Ordenación de las Enseñanzas Universitarias Oficiales, presentado por el Ministerio de Educación y Ciencia el pasado 26 de junio, y cuyo objetivo es la convergencia al Espacio Europeo de Educación Superior. Este real decreto define que sólo aquellas titulaciones que den acceso al ejercicio de actividades profesionales reguladas dispondrán de directrices nacionales propias. Esto permitiría que en cada universidad de España se impartan unos estudios de informática distintos, eliminando la actual unidad vigente y que sí mantendrían el resto de ingenierías, relegando la Ingeniería en Informática definitivamente a una segunda categoría.
Escrito por Francisco Ortiz, ingeniero de informática.

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